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SANGREyLITERATURA

EL QUIJOTE Y OTRAS PUTERÍAS (Quinta de nueve partes)

EL QUIJOTE Y OTRAS PUTERÍAS (Quinta de nueve partes)

     Los hijos legítimos de  España son los hidalgos (hijo de algo); estos fidalgos, como lo escribía el arcipreste de Hita, son aquellos católicos sin mezcla con judío ni moro; los bien nacidos, los de a caballo, los hijos de algo y que por ende algo tienen, aunque no siempre lo que tengan sea dinero, sino tan sólo el orgullo de ser “puros de sangre”, pero no tan puros como para no ir a dar a la cárcel, en donde no importaba la pureza o impureza racial del reo, por lo que convivían hidalgos y judíos influenciándose mutuamente. Está documentada la coincidencia del hidalgo Miguel de Cervantes Saavedra y el descendiente de judíos Mateo Alemán en los últimos meses de 1597 dentro de la cárcel de Sevilla, dos años antes de publicarse  el Guzmán de Alfarache, y ocho antes de aparecer el Quixote.

   

El Guzmán de Alfarache es la historia de los que nada tienen, de los bastardos, de los de sangre mezclada, de los de a pie... De esta forma, concibo al Guzmán de Alfarache, como una sátira de los caballeros, de los caballos, de la sociedad que rechaza a los hijos de moros o judíos, de una Iglesia que por decreto prohíbe el nacimiento de mulas. Así, el nacimiento de Guzmán se da del cruce de un español casado con mora,  y una coscolina esposa de un español en la tercera edad. El mulillo (¿machillo?) resultante va a pie, con su sangre mezclada y suelta o recibe hi de puta o hideputa, de manera indistinta, durante toda su vida de pícaro.

 

Y no, Cervantes no quería una conducta pícara, ni un nacimiento bastardo para su personaje el Quijote, tomando con ello, distancia de algunos libros de caballería, como el Amadis de Gaula, en donde el nacimiento de Amadis se da dentro de una trama propia de un encuentro fugaz, de un amor a primera vista, de un rapidín. El rey Garínter encuentra a otro rey peleando con tres hombres, a los que vence, y entonces se identifica también como rey el Perion de Gaula; total, es invitado al castillo del rey Garínter, que tiene una bella y virginal hija, Elisena. La atracción sexual surge, la alcahueta está ahí y ayuda, y la doncella deja de serlo en un día. El bastardo nace de un parto secreto, con lo que el honor de la princesita queda a salvo. El bebé surgido, es abandonado a su suerte en un portabebé de madera que hace las veces de barca, en donde el futuro Amadis de Gaula, va a la deriva junto a un anillo y una espada reales que su madre puso con él. Es encontrado por otra bella princesita  y su padre, otro rey. El bastardo llega a ser un gran guerrero y por ello, su padre adoptivo decide hacerlo caballero, pero antes le dice las condiciones en que fue encontrado y después adoptado. A lo que, el Amadis de Gaula responde: Mas a mí no pesa de cuanto decís, sino por no conocer mi linaje, ni ellos a mí; pero yo me tengo por hidalgo, que mi corazón a ello me esfuerza.

 

El Amadis de Gaula, escrito entre los años de 1492 y 1504, es también la fuente en donde abrevó Cervantes en lo referente a hacer creer al lector que lo que escribe es la traducción de un una historia escrita en una lengua extranjera. Así, Cervantes tiene a Cid Hamet Benengeli o Berenjena o Benangeli que es el sabio e historiador arábigo que “escribió” el Quijote, mientras que, en el prólogo del Amadis de Gaula, Garci Ordóñez, el autor, escribe: (...) (a)paresció en una tumba de piedra, que debajo de la tierra de una ermita cerca de Constantinopla fue hallado, y traído por un húngaro mercader a estas partes de España, en la letra y pergamino tan antiguo, que con mucho trabajo se pudo leer por aquellos que de la lengua sabían. Lo cual tenía mucho de razón, pues los tres primeros libros, de los cinco, ya eran conocidos antes de que Garci Ordóñez los enmendara, corrigiera y los rescribiera con un español menos arcaico. Y de su pluma parece haber salido el cuarto libro, con el que se da fin al Amadis de Gaula, y también escribió, la continuación del mismo: Las sergas de Esplandián.

Francisco Delicado, que años después escribiría La Lozana andaluza, que es la obra del siglo de oro español en la en más ocasiones se encuentra escrito la palabra puta, escribió el prologo del cuarto libro del Amadis de Gaula, en donde se lee: (...) Enseña a los caballeros el verdadero arte de caballería. (...) Otrosí (también) aquí está encerrado el arte del derecho de amor, la lealtad y cortesía que con las damas se ha de usar, las defensas y derechos que a las dueñas los caballeros les deben de razón, las fatigas y los trabajos que por las doncellas se ha de pasar. (...) Así que todos estos frutos sacarás de esta tan alta historia, la cual, el Delicado, que corrector de la impresión, tanto le pareció divina como humana. 

Aunque el resaltar con negritas lo divino y humano lo hice yo, bien sirve para recapacitar sobre esas palabras, las mismas con las que crítica Cervantes a la Celestina:  Libro en mi opinión,  divino,/  Si encubriera más lo humano-. Lo humano, ¿qué es lo humano? No es acaso, el divino amor entre un hombre y una mujer.

1 comentario

Bertha Sánchez -

Los primeros trabajos que leí fueron cuentos o minificciones, más después de leer estos dos ensayos tengo la impresión que es tu fuerte. Están muy bien escritos ambos y no tengo objeción alguna. Felicidades doctor.